Es común que algunos estudiantes de secundaria o bachillerato se lleguen a interesar bastante en la asignatura de física por su encanto como ciencia natural, y principalmente por el carácter experimental de la materia. La realización de experimentos de física suele ser una actividad sumamente didáctica, entretenida, divertida e inspiradora. Sin embargo, no es raro encontrar que entre los estudiantes que gustan de la física, haya algunos que vean su aprendizaje lastrado por un pobre rendimiento en otra asignatura que se suele llevar a la par: ¡MATEMÁTICAS!.
Aprender matemáticas no solo es fundamental para estudiar física con éxito, sino también para poder afrontar la vida cotidiana. Sin embargo, los docentes de física frecuentemente enfrentamos con gran dificultad la carencia que pueden tener los estudiantes en áreas como la aritmética, el álgebra o la geometría… ¿y cómo no?. El tiempo para impartir cursos de física ya de por si es muy limitado como para tener que robarnos tiempo para repasar mate. En lo personal yo suelo afrontar esto con mis grupos orientando lo más posible la materia hacia la parte experimental y conceptual, y alejándome lo más posible de la labor más «operacional» de la materia.
Sin embargo, eventualmente llega el momento de preparar estudiantes para las Olimpiadas Regionales de Física, un evento en el cual los alumnos ciertamente necesitan ser diestros con los números para poder progresar. Para aquellos estudiantes lo suficientemente interesados en la asignatura de física, o con un gran interés por participar en olimpiadas o demás concursos académicos, suelo apartar una serie de asesorías extracurriculares en donde repasamos detenidamente tres temas en particular: Ecuaciones Lineales (y sistemas de ecuaciones lineales), Ecuaciones Cuadráticas y Geometría (Principalmente trigonometría).
Antes de abordar estos cursos, considero que es una muy buena idea que los estudiantes realicen una serie de exámenes diagnósticos. Creo que es buena idea que hagan un examen para cada tema, alternando un día sí y uno no (ejemplo, lunes, miércoles y viernes) dándoles 2 horas para cada examen. Esto no solo permite al docente identificar las deficiencias de los estudiantes en los tres temas mencionados, sino que también comienza a familiarizar a los estudiantes con la experiencia de realizar exámenes de 2 horas, que suele ser el estándar en las primeras etapas de los concursos de física.
Como pruebas diagnósticas propongo siguientes 3 ejemplos:
Las pruebas no son muy difíciles, pero sí algo largas para resolverse en 2 horas. La idea obviamente no es demandar a los estudiantes al máximo, pues no serán preparados para un concurso de matemáticas. Las matemáticas necesarias para un concurso de física deben ser sólidas pero pueden ser elementales. Sin embargo las pruebas me gusta que sean largas, pues pueden despertar el estrés al que quiero que los estudiantes comiencen a acostumbrarse, y pueden hacer surgir en ellos errores que no cometerían en un contexto más relajado (¡errores de los que pueden aprender!). De cualquier forma, si terminan toda la prueba en tiempo y lo hacen bien… pues ¡qué mejor! una cosa menos de la que preocuparse.
Cómo último comentario recordar que, justamente del resultado de esta prueba es que se deben construir las asesorías de matemáticas, ya que no tendría caso repasar temas que los estudiantes dominan. Mejor sería usar ese tiempo en ASESORÍAS DE FÍSICA. Saludos (:
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